An edition of Cámara negra (2005)

Cámara negra

1a
  • 0 Ratings
  • 0 Want to read
  • 0 Currently reading
  • 0 Have read
Not in Library

My Reading Lists:

Create a new list

Check-In

×Close
Add an optional check-in date. Check-in dates are used to track yearly reading goals.
Today

  • 0 Ratings
  • 0 Want to read
  • 0 Currently reading
  • 0 Have read

Buy this book

Last edited anonymously
June 18, 2010 | History
An edition of Cámara negra (2005)

Cámara negra

1a
  • 0 Ratings
  • 0 Want to read
  • 0 Currently reading
  • 0 Have read

PRÓLOGO DE CÁMARA NEGRA.

Alberto Ruy Sánchez.

Ediciones del Ermitaño, Solar, 2005.

Al abrir este libro tan peculiar, hecho de pocas palabras y desnudos generosos, la poesía breve y brillante pellizca la mirada.

Aquí y allá destellos, revelaciones, arranques poéticos y promesas de una lectura que las fotografías distraen y finalmente posponen. Pero no por mucho tiempo. O, tal vez, no se siente como si fuera mucho porque cuando nos damos cuenta estamos ya bajo el dominio del cronómetro alterado de este libro: uno de esos que no miden obedeciendo a la cadencia del reloj mecánico sino al ritmo de las sorpresas que sus páginas nos van ofreciendo.

La mirada vaga entre ellas. Rápidamente siente que ha entrado en un ámbito extraño. Algo único sucede adentro y la escena es atrapada intermitentemente por esta serie de fotografías que parecen tomadas a través del ojo de una cerradura. Como si el libro fuera un cuarto secreto donde algo especial sucede a escondidas.

Una sensación que el autor ha identificado con mayor precisión al titular el volumen Cámara negra, expresión equivalente a camera oscura: el cajón perforado o (re)cámara que imita el mecanismo del ojo y que está en el origen de la fotografía. Un espacio oscuro en cuyo interior la realidad de afuera, que entró por un agujero brevísimo que funciona como lente, se refleja invertida pero maravillosamente fiel. Un espacio interior que antes del siglo XIX se usaba para dibujar la imagen proyectada por el mecanismo sobre una de las paredes del ámbito tenebroso. Ya adentro, la realidad es atrapada y reproducida por el artista con sus lápices y pinceles. Por lo tanto se muestra en un lenguaje distinto.

Los poemas de esta Cámara negra son también ese lenguaje distinto llevado a la escritura. ¿Pero qué vemos de inmediato adentro de esta Cámara negra encuadernada en nuestras manos? Una joven muy bella, de piel pálida, rodea con su hermosura radiante a un hombre muy vestido de traje oscuro que, como bien sabemos, es el autor. La presencia repetida de esta mujer desnuda alrededor del poeta de saco y corbata se convierte en algo así como el surgimiento de un fantasma.

Es una aparecida de carne y hueso. Y un pubis de vello renaciente y una mirada tranquila o provocadora que casi sonríe. Fantasma de manos que aparecen y desaparecen de la escena y pezones siempre endurecidos en su brevedad. Gira sobre las piernas del poeta, se contorsiona, se escapa, regresa. Ella sabe lo inusual que es su presencia desnuda. Está en sus brazos como dormida con los ojos abiertos. Lo desafía o simula no hacerlo. Juega a estar y no estar.

Una clara puesta en escena con dos personajes: “el poeta y la amada”, acorde con los poemas breves que la circundan. La forma en que imágenes escritas y visuales se presentan en el libro nos inclinan a pensar, tal vez equivocadamente, que las palabras fueron una reacción a la escena que vimos en las fotografías. En cuanto dejamos de concentrarnos en las imágenes y vamos de nuevo a la poesía, creemos estar ante las palabras que, tal parece, ha provocado en el poeta la presencia desnuda de esa mujer a la que canta.

Y entonces el poeta nos sorprende. La discreción que guardaban sus manos en las fotografías, la timidez, la contención, la corbata, desaparecen de nuestra atención y es ahora el poeta quien se desnuda en sus palabras. Ellas son su piel de fantasma expuesta ante nuestros ojos. Sus palabras son su vello púbico y sus pezones, su gesto anhelante, sus manos atrevidas. Y aún más, son su lengua convertida en sexo activo. Le habla a una mujer aún más desnuda que la que vimos antes. Una que conoce por dentro en su desnudez más obscura: su amante. Esa que lo hace perder la cabeza, aunque nunca la forma.

El poeta escribe una buena parte de este libro ciñendo sus palabras a la sugerente forma del haikú: tres versos de cinco, siete y cinco sílabas. Diecisiete estancias en total. En el haikú clásico las dos primeras líneas suelen establecer sintéticamente una observación o goce de la naturaleza y, generalmente, en el verso final, brinca una metáfora o una descripción inesperada. Algunos llaman al haikú justamente “cosa que salta”. En este tipo de poema, la naturaleza nos enseña que todo es más de lo que parece.

Así, la anatomía del haikú, con su asombro final, propicia y es afín a una dimensión maravillosa del erotismo que es “la sorpresa natural”. Y Jorge Valdés Díaz-Vélez la ejerce en cada poema de manera muy distinta. De pronto el salto es más bien una conclusión metafórica y un concepto se apodera de esta mecánica poética convirtiendo en reflexión a un reflejo. Otras veces el símbolo toma la delantera y convierte a un cuerpo en mundo. O la simple desmesura hace de una luz un relámpago y de un beso un abismo.

La variedad de recursos y desarrollos poéticos es muy amplia. El índice de este libro es un repertorio de maneras del destello. Y son 69 maneras, 69 poemas en total, cifra de la fortuna en la numerología del sexo.

Cuando en la parte final el verso tripartita deja de serlo y se convierte en “cosa de quíntuple línea”, como los dedos de una mano, la forma del haikú es abandonada por el poeta para ejercer la forma de la tanka. Más antigua y con líneas de 5, 7, 5, 7 y 7 sílabas. La tanka se usaba como gran “finale”. La coronación de las ocasiones memorables de la vida se hacía concluyendo con una tanka. Pero también en forma de tanka se escribían los enamorados al separarse después de la noche de amor. Carta de agradecimiento y de festejo. Mano que se despide y envía un último beso de palabras. Mano que hace el gesto de adiós al mismo tiempo que acaricia. Perfecta manera entonces de terminar un libro de haikús, con una breve serie de nueve tankas.

Los lectores, ya instalados en esa serie final, seguimos dócilmente la voz del poeta aceptando jugar con la misma mecánica de sorpresas y festejos del cuerpo amado. Porque estos poemas tantas veces contemplativos, son hijos de eso que la luz permite: ver a fondo. Y tienen al cuerpo como portal de la mirada que penetra más allá de lo visible. Así, vamos con el poeta hacia el otro lado de ese horizonte carnal, como cuando dice: “Busca mi lengua/ la sílaba escondida/ bajo tu sexo”.

Jorge Valdés Díaz-Vélez, ya reconocido como un poeta mexicano notable, hace aquí de lo mínimo máximo, de lo breve exploración profunda, de lo sensual afirmación radical de la vida: puro erotismo.

De esta suite de haikús y tankas surge una partitura erótica llena de sorpresas. Mesura que paradójicamente nos desmelena. Como lo puede decir un lector en su sorpresa agradecido:

Entre tus labios

la palabra desnuda

ya nos desvistió.

.

CUARTA DE FORROS DE CÁMARA NEGRA

Jorge F. Hernández

Jorge Valdés Díaz-Vélez es dueño de una lírica de calladas músicas en ritmos polifacéticos y de transmisión instantánea. Su poesía es de fácil contagio, aunque sus hilos revelen prolongadas pausas de reflexión y sentimiento. Por lo leído en estas páginas confirmo que Valdés Díaz-Vélez no es solamente uno de los poetas más notables de México, sino de los pocos capaces de hacer volar una mariposa en medio de una página blanca con tan sólo entreverar sus sílabas. Un arte que podría llamarse origami verbal.

Supongo que ha de ser más difícil cuajar un haikú que apresar la arquitectura de un soneto. Lo digo por envidia y asombro ante el anónimo japonés que lleva siglos dibujando en silencio un paisaje perfecto con tan sólo unos cuantos trazos de su pincel; el mismo que es capaz de expresar un inmenso párrafo de emociones con el discreto enigma que se encierra en diecisiete sílabas. Lo digo también por el sosegado tormento de imágenes y los susurros altisonantes que me regalan estas páginas que agradezco.

Publish Date
Language
Spanish
Pages
118

Buy this book

Edition Availability
Cover of: Cámara negra
Cámara negra
2005, Solar editores. Ediciones El Ermitaño
in Spanish - 1a

Add another edition?

Book Details


Edition Notes

Published in
México
Series
Project La escritura y el deseo

Contributors

Cover artist
Alejandro Zenker
Photographer
Alejandro Zenker
Preface
Alberto Ruy Sánchez
Posfácio
Jorge F. Hernández
collection
Minimalia Erótica

The Physical Object

Pagination
118
Number of pages
118

ID Numbers

Open Library
OL23159232M
ISBN 10
9685473536

Work Description

60 haikus y 9 tankas contenidas en 4 secciones:

I: Bruma llena
II: Piel de foto
III: Flor abierta
IV: Luz de noche

Fotografía de cubierta e interiores de Alejandro Zenker

Community Reviews (0)

Feedback?
No community reviews have been submitted for this work.

Lists

This work does not appear on any lists.

History

Download catalog record: RDF / JSON
June 18, 2010 Edited by 201.144.130.21 Update covers
June 17, 2010 Edited by 200.33.160.11 Added new cover
June 3, 2010 Edited by 200.33.160.11 Added new cover
June 2, 2010 Edited by 200.33.160.11 Added new cover
December 10, 2009 Created by WorkBot add works page