Franco muere al menos cinco horas antes del momento oficial que se fija para la historia. Su definitiva enfermedad la provoca el impacto del estrés al aguantar la presión internacional, en especial la del Papa, para que indultara a cinco terroristas condenados a muerte. Pocos días después de sus fusilamientos, el Generalísimo sufre un infarto silente, y úlceras que pueden considerarse de origen psíquico le atacan el estómago hasta acabar con su vida. Para entonces, el Príncipe don Juan Carlos había sido objetivo de secuestro por parte de ETA. En una operación mucho más sofisticada que la última de Mallorca, de gran infraestructura técnica y económica, se pretendía acabar con una previsible transición política de España. Este libro narra la hasta ahora desconocida intentona etarra que, al fracasar, se volvió también frustradamente contra don Juan de Borbón. Indemne del atentado que ETA consideraba históricamente decisivo tras el de Carrero Blanco, y muerto Franco, el Rey inicia y desarrolla la fascinante aventura de la transición. Joaquín Bardavío nos muestra también al Rey en el plano internacional, con detenimiento en un hecho hasta ahora ignorado: Don Juan Carlos se niega a colaborar con apoyo logístico en un golpe de Estado en Portugal. El Presidente Gerald Ford y Henry Kissinger, se empeñan inútilmente en involucrarle.