Las mariposas, debido a su particular dependencia de las plantas y a que son especialmente sensibles a la contaminación ambiental, son unos de los mejores bioindicadores de nuestros entornos urbanos.

Esta obra trata tanto de mariposas diurnas como nocturna o polillas, como la mayoría de gente las llama. Unos seres sobre los cuales se tiene la equivocada idea de que son feas, perjudiciales, que se comen nuestra ropa y nuestros muebles, incluso que pican y que son venenosas. Nada más lejos de la realidad.

Dentro de las mariposas nocturnas, hay auténticas bellezas que compiten de tú a tú con las diurnas. Por supuesto, ni pican ni son venenosas, y la mayoría de ellas se alimentan de las plantas, como sus parientes las diurnas. Y como cualquier otro ser vivo del planeta, todas y cada una de las mariposas nocturnas cumplen su función en el ecosistema.

Esperamos que disfrute con esta obra y que, a partir de ahora, mire con distintos ojos los parques urbanos, los jardines, las macetas que adornan las calles, patios y terrazas, las farolas, las fachadas… En definitiva, que vea vida más allá del asfalto, del hormigón y de los seres humanos que habitan nuestros pueblos y ciudades.