Los estudiantes universitarios, con o sin discapacidad, parten de unas situaciones extraordinariamente variadas a la hora de acceder a los contenidos digitales. Cada día en nuestra universidad se implantan nuevos desarrollos y aplicaciones informáticas que pretenden mejorar la calidad de la interacción con los estudiantes y que involucran a todos los estamentos de la comunidad universitaria. El hecho de que estos desarrollos estén siempre presididos por la necesidad de hacerlos accesibles, de facilitar su uso, puede ser también entendido como una exigencia del llamado «diseño universal» o «diseño para todos».

Desterrada la idea inicial de que el objetivo era dar con una especie de «Diseño único» o «Diseño total» que resultara adecuado para todas las personas sin mayores ajustes o adaptaciones, la idea de «Diseño para Todos» está más bien impregnada de una cierta filosofía o actitud ética relacionada con la construcción de una sociedad más justa, más igualitaria y, a la vez, más compartida.

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El Diseño para Todos no excluye el ajuste razonable, la adaptación y la individualización, pero entiende que desde el principio, desde el mismo instante en el que se diseña, se planifica o se desarrolla un producto o un servicio, debe prevalecer el propósito de que sea accesible para el mayor número de personas. Esta pretensión no es nada sencilla: implica un verdadero cambio de mentalidad, en el que seguramente entrarán en juego no sólo la necesidad de un mayor compromiso, sino también las dudas, la
inseguridad respecto a la pertinencia de lo que se está haciendo y el desconocimiento sobre la mejor forma de hacerlo. Para ayudar a salvar algunas de estas dudas y mejorar el conocimiento sobre estas cuestiones, hemos desarrollado esta guía.