yidag...yo
cuerpo gigantesco el suyo... anhelos infinitos los mios.
infimo orificio el de su boca, incapaz para alimentar su cuerpo enorme... reducido entendimiento el mio,
impotente para captar el absoluto conocimiento.
El vive siempre atormentado por el hambre y la sed que nunca puede saciar por tan minima boca... yo vivo
siempre anhelante de la comprensión que no puedo albergar en tan estrecho juicio.
El brama y desgarra su cuerpo por la desesperación terrible... yo grito y desbarato en sueños de esperanza mi duda
constante.
El yidag, criatura castigada por los dioses... yo, hombre brizna de luz cautiva de las sombras.
Blas Estorel (1940-2005)